martes, 8 de marzo de 2011

entrevista con Josefa Ortiz de Domínguez y Don Juan Domínguez

En 1810 inicio la guerra por la independencia de México, sin embargo esta campaña no se origino de la noche a la mañana, los antecedentes fueron varias conspiraciones que se diseminaron por todo el territorio de la nueva España, pero solo una logro su objetivo, LA CONSPIRACION DE QUERETARO.
En ella jugó un papel muy importante una de las más conocidas y recordados heroínas de México doña Josefa Ortiz de Domínguez, una valiente mujer, que junto con su esposo el corregidor de Querétaro Don miguel Domínguez, desde años atrás venían proponiendo la independencia de México.
Las causas fundamentales de esos deseos de independencia, se debía a las  injusticias que eran objeto los indios y también los nacidos en la nueva España, los criollos y los mestizos y es que eran exclusivamente los españoles quienes detentaban los más altos cargos públicos, además de gozar de todo tipo de privilegios.
Para platicar de los detalles de  aquella conspiración de Querétaro hablaremos con doña Josefa Ortiz de Domínguez y su esposo Don Miguel Domínguez.
_ Doña Josefa Ortiz de Domínguez, bienvenida.
_ Buenos días.
_  Buenos días y aprovechando de su hospitalidad quisiera que en esta ocasión me acompañara mi esposo Don miguel Domínguez
Abordaremos el tema sobre la conspiración de Querétaro, pero antes creo que es necesario que nos hablen un poco mas de ustedes mismos  ¿Qué les parece?
Josefa Ortiz de Domínguez.- bueno como ustedes sabrán yo nací en  Valladolid Michoacán, mi papá Juan José Ortiz, el era español, eras el capitán del regimiento de los “morados” el murió en una de las batallas, yo todavía era muy pequeña. Mi mama manuela Ortiz murió poco después, así que, yo quede huérfana y mi hermana María se encargo de inscribirme en el colegio de san Ignacio de Loyola… --- Hoy conocido como el colegio de las vizcaínas, edificio que todavía existe---
Entrevistador: Nosotros tenemos entendido  que ustedes llevaban una vida tranquila y placentera Ud. Don miguel, un abogado reconocido en la comunidad, y doña Josefa pues toda una dama de sociedad… ¿Cómo es que se involucraron en esto de derrocar al virrey?...
Josefa Ortiz de Domínguez.-… como entonces  lo podría simplificar en una sola palabra y por lo cual yo estaría dispuesta a dar mi vida, así como también mi esposo, “LA JUSTICIA”. La justicia no existía en la nueva España, y por eso que nosotros estábamos motivados a luchar por la independencia, a luchar por la libertad, el gobierno conformado por los malos españoles subyugaban a todos los demás.
Don miguel.- existía una gran injusticia contra los indios a quienes los tenían esclavizados, los mestizos al igual que nosotros los criollos éramos tratados como ciudadanos de segunda clase.
Josefa Ortiz de Domínguez.- así mismo otras naciones reconocía la necesidad de emancipación, estados unidos con la independencia, Francia con la revolución.
Don miguel.- además estábamos muy motivados con las ideas de primo de verdad, quien al enterarse de la invasión de España por Francia, y de la abdicación de Fernando VII a favor de José I hermano de Napoleón Bonaparte, Primo de verdad propuso rescatar una antigua ley que dictaba que ante tales circunstancias, el pueblo estaba dispuesto a asumir el poder del gobierno.
Josefa Ortiz de Domínguez.- además la corrupción de los “gachupines” no tenía ningún tipo de  límites, tanto así que le provoco un problema a mi marido contra el virrey… platícales…
Don miguel.- siendo corregidor de Querétaro, acudí a denunciar a unos españoles ante el tribunal de minería, que habían enajenado dinero a favor de ellos, pero que estaba destinado para obras de beneficencia.
Josefa Ortiz de Domínguez.- y en lugar de ser castigados se quejaron ante el virrey Iturrigaray, y acusaron a mi marido de inepto, entonces lo destituyeron de su cargo y nos regresaron a la ciudad de México.
Entrevistador: ¿En ese tiempo fue cuando ustedes pudieron ser  testigos de cuando Don Francisco Primo de Verdad, le propuso al Virrey la Independencia de México?
Josefa Ortiz de Domínguez.- el virrey, el virrey lo que quería era ser el rey de la nueva España…
Don miguel.- mujer como puedes decir tales cosas, no tienes fundamentos para eso…
Josefa Ortiz de Domínguez.- ¡claro que si miguel! Tú sabes que el virrey Iturrigaray, era un hombre muy ambicioso.
Don miguel.- bueno, bueno, independientemente de los defectos del virrey yo estoy seguro que se habría mejorado, pues hubiera creado un congreso que representaría al pueblo y hubiéramos tenido igualdad y abolido la esclavitud.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Sabes que no es así, tu le tenias muy buena voluntad al virrey…
Don miguel.- Tal vez estés en lo cierto mujer, pero… a fin de cuentas no hablemos de suposiciones, sino de hechos el caso es que a causa de esas propuestas libertarias, fue que nos decidimos a luchar por nuestra libertad.
Entrevistador: Y… ¿cuando regresan ustedes a Querétaro a realizar aquellas famosas tertulias que organizaban, que mas que tertulias eran juntas de conspiración?
Don miguel.- fue poco después del asesinato  de Primo de Verdad, y tiene usted toda la razón… esas tertulias solo eran escusas para reunirnos con abogados, con burócratas, con militares y con comerciantes, bajo esa pantalla estábamos construyendo un estado democrático.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Cada una de esas reuniones era un poco mas de esperanza, era un paso más hacia la libertad, recuerdo una muy bien que tuvimos que organizar poco antes de la navidad en 1809, esa la tuvimos que improvisar de último momento para tener que informar a todos que la conspiración de Valladolid había sido descubierta, esta había sido encabezada por José mariano Michelena.
Don miguel.- Don José mariano era un abogado y teniente del  el ejercito realista, muy amigo nuestro y también de los capitanes Ignacio Allende y Juan Aldama que también participaban en esa conjura, afortunadamente ellos no fueron arrestados.
Entrevistador: ¿En esa ocasión los delato un sacerdote que también participaba en la conspiración?
Josefa Ortiz de Domínguez.- Así, como no recordarlo, Don Francisco de la Concha… es un traidor aunque sea “curita”.
Entrevistador: Es interesante analizar en ese tiempo como estaba dividido el clero, una parte abogaba por el derecho divino de los monarcas y la otra parte estaba a favor de que los pueblos pudieran tener el gobierno emanado del propio pueblo no.
Don miguel.- Por cierto fue un cura el que inspiro la base ideológica de los conspiradores de Valladolid… ¿Usted sabe a quién me refiero?... ¡Verdad!
Entrevistador: Usted decía que fue un cura el inspirador  de las bases ideológicas de la conspiración de Valladolid, Me imagino que usted se refería precisamente a Don Miguel Hidalgo. …
Don miguel.- Exactamente al cura Don Miguel Hidalgo I Costilla, quien además de sacerdote era un extraordinario catedrático en teología, filosofía y  moral, en el colegio de San Nicolás en Valladolid. Lo cierto es que muchos de los procurados eran sus alumnos a quienes les inculco uno de los más importantes  principios de sus maestros jesuitas, esto se convirtió en la base ideológica de los conspiradores de Valladolid.
Josefa Ortiz de Domínguez.- No era casualidad que muchos de los insurgentes de aquella época, importantes eran alumnos Mariano y Nicolás Michelena, bueno entre muchos más.
Don Miguel.- Si bueno y retomando el tema, perdón Josefa, cuando la conspiración fue descubierta, Ignacio Allende viajo a Querétaro para darnos informes de todo lo que había pasado.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Mmmm, Exactamente no viajo a eso sino para ver a nuestra hija Micaela, porque yo quiero decirles que era una jovencita que era la más bella de Querétaro, y él la cortejaba (risas).
Don miguel.- Ignacio podía cortejar a quien quisiera ya que él era viudo, ¡recuerda!
Josefa Ortiz de Domínguez.- si pero había tenido un hijo natural cuando el tenia 23 años con Antonia Herrera.
Don miguel.- Yo también te cortejaba Josefa y ya era viudo, y yo no tenía un hijo, sino dos.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Bueno de todas maneras ese no es el asunto, lo importante es que bueno, el tuvo a su hijo él se llamaba Indalecio, el era muy parecido a su padre, era cautivador, era inteligente, yo la verdad si le tome muchísimo cariño y…  y si me pego que él se muriera imagínense el dolor que sintió el capitán Allende, cuando vio morir a su hijo a los 19 años en la emboscada de Acatita de Bajan.
Entrevistador: Si es una situación difícil de entender,… supongo que después de la fallida conspiración de Valladolid, las reuniones en su casa se volvieron más frecuentes ¿no?
Don Miguel.-  Así es… el tiempo apremiaba, ya el gobierno sabia de varias de nuestras conspiraciones, así que el 8 de agosto de 1810, invitamos al cura Hidalgo a una de nuestras reuniones.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Era un hombre muy simpático, ingenioso, conversador y que si…  decía muchísimos piropos a las damas.
Don miguel.- Especialmente a ti Josefa…
Josefa Ortiz de Domínguez.- A todas las damas… era cautivador en pocas palabras…
Don Miguel.- Bueno es esa reunión estuvieron presentes los capitanes, Allende, Aldama, Abasolo y Joaquín Arias, también estuvo el presbítero Sánchez, Los licenciados Parra, Altamirano y por supuesto los hermanos Epigmenio y Emeterio Gonzalez que eran los que se encargaban de hacer acopio de las armas.
Entrevistador.   ¿Esa fue la última reunión antes del grito de dolores?
Josefa Ortiz  de Domínguez.-Exactamente esa noche Don Miguel Allende le regalo un relicario a mi hija Micaela, ella lo guardo con gran cariño… esa fue la última vez que lo vio porque como a muchos mexicanos la guerra los separo, ella sufrió mucho cuando supo el estaba muerto.
Don Miguel.- Ya no pudimos ocultarle que Allende había sido fusilado y su cabeza colgada de una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.
Entrevistador: Familias enteras sufrieron la causa de la guerra y la suya no fue la excepción.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Bueno gracias a dios todo ese sufrimiento fue para que ustedes tuvieran la libertad.
                Entrevistador: Y…  ¿Qué paso después de esa reunión?
Don Miguel.- Esa noche llegamos a la decisión de que el momento había llegado y que la lucha iniciaría el 8 de Diciembre en San Juan de los Lagos Jalisco, un lugar donde había mucha gente celebrando la Inmaculada Concepción, que es la patrona de ese lugar.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Pensábamos que con tanta gente el jefe de las tropas se uniría a nosotros y haríamos un gran ejército.
Entrevistador: Y. ¿Por qué cambiaron la fecha del 8 de Diciembre como era inicialmente planeado, para el día  2 de octubre?
Don Miguel.- Bueno… porque el movimiento ya estaba muy avanzado y cada día corríamos el riesgo de que fuéramos delatados, ya mucha gente sabía de nuestros planes.
Josefa Ortiz de Domínguez.-  Y un traidor  hicieron que adelantáramos el movimiento.
Entrevistador: Don Miguel  se dice que después de que la conspiración de Querétaro fuera descubierta, Usted se acobardo, ¿eso es cierto?
Don Miguel.- ¡tiende usted a ofenderme!
Entrevistador: No tengo ninguna intención de ofenderlo Don Miguel, simplemente queremos saber la verdad de los hechos, algunos escritores dijeron en la historia, que usted había reaccionado temerosamente cuando se descubrió la conspiración de Querétaro.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Mire Señor, lo que se diga de mi marido nos tiene sin cuidado, yo conozco muy bien a mi esposo  y sé que es y ha sido un hombre muy valiente.
Don Miguel.- Gracias Josefa pero yo quisiera dejar en claro algunos hechos que ocurrieron cuando nos delataron.
Entrevistador: Sabemos que el traidor fue Francisco Bueras quien los delato ante el juez eclesiástico Rafael Gil de León.
Don Miguel.- Eso fue el 13 de Septiembre, cuando el juez fue informado, inmediatamente me llego la orden a través del comandante militar García Rebollo, para que hiciera un cateo en la casa de los hermanos Emeterio  y Epigmenio Gonzalez.
Entrevistador: Que ellos eran sus amigos y además eran miembros del grupo conspirador, ¿Qué pensó en ese momento?
Don Miguel.- Como corregidor tenía que cumplir la disposición del juez, como parte de la conspiración solo pensaba en liberar a los hermanos Gonzalez, así que me demore lo mas que pude, pero García Rebollo me urgió para que incumpliera la orden  custodiados por varios soldados llegamos hasta el comercio de los hermanos Gonzalez, pero estaba cerrado, asi que premeditadamente toque con mucha fuerza para alertarlos, cuando por fin entramos, los soldados encontraron escondidas armas y pólvora y tuvimos que aprehender a los hermanos Gonzalez.
Entrevistador: Y obviamente ellos pensaron que usted los delato… y por lo tanto mucha gente pensó que ese había sido un acto de cobardía.
Don Miguel.- Ahora imagínense las especulaciones cuando bajo llave encerré a mi esposa en su recamara.
Entrevistador: ¿Eso era realmente necesario?
Don Miguel.- Así lo creí, cuando la puse al tanto de todo lo que había pasado, y de que había una orden de aprehensión contra Hidalgo, Allende y Aldama, ella trato de avisarles pero yo lo considere muy riesgoso, así que no tuve más remedio que encerrarla en su recamara para evitar una imprudencia.
Josefa Ortiz de Domínguez.- Pero nada me contuvo ya yo había quedado con el Alcaide Ignacio Pérez que tocaría tres veces el piso de mi recamara, el vivía exactamente en la parte inferior de mi recamara y cualquier emergencia el subiría, y así fue, pero toque muchísimas veces, no me contuve.
Don Miguel.- A eso me refería cuando hablaba de imprudencias.
Josefa Ortiz de Domínguez.- El alcaide Pérez, al oír mi señal subió presuroso, y trato de abrir la puerta de mi recamara, pero fue n vano, entonces a través del ojo de la cerradura le comente todo lo que estaba sucediendo, y le dije que tenía que enviar a alguien a San Miguel el Grande para alentar al capitán Allende pero el dijo  –mejor  yo voy porque no me fio de nadie--  y salió presuroso.
                Entrevistador: Y usted ¿Qué hacia mientras tanto Don Miguel?
Don Miguel: Yo solo buscaba la forma de liberar a los hermanos Gonzalez, para hablar con ellos me aproveche de mi cargo y en un descuido de los custodios le explique a Epigmenio que los había apresado solo para salvar a los demás participantes de la conjura, después le asegure que iba a encontrar la forma de liberarlos de los cargos.
Josefa Ortiz de Domínguez: Nos traiciono Joaquín Arias el muy cobarde fingió que estaba de nuestra parte, inclusive iba a nuestras reuniones.
Don Miguel: Afortunadamente Ignacio llego a San Miguel y junto con el capitán Aldama cabalgaron hasta Dolores donde se encontraron con Hidalgo y Allende para notificarles que habíamos sido delatados.
Entrevistador: Y en la madrugada del 16 de septiembre Don Miguel Hidalgo lanzo su famoso “grito de independencia” y se inicio la guerra.
Don Miguel: Así es, y mientras tanto un pelotón de soldados nos arrestaron a mi esposa y a mí…
Josefa Ortiz de Domínguez: Que desgraciados, es que no tuvieron empacho en apresarnos delante de nuestros angustiados hijos.
Don Miguel: A mi esposa la encarcelaron en el convento de las monjas de Santa Clara y a mi en el convento de la cruz.
Entrevistador: Sin embargo ese fue un encierro breve porque la gente los quería mucho a ustedes e inmediatamente clamaron por su libertad.
Don Miguel: Y estamos muy agradecidos con  ese gesto, así que el virrey no tuvo más remedio que reinstalarme en mi puesto, eso sí bajo estricta vigilancia.
Josefa Ortiz de Domínguez: Pero no crean que ahí termino todo, cuatro años después el prelado Don  Mariano Briztain y Sosa, mejor conocido como “el ojo del obispo” nos denuncio nuevamente en particular a mí.
Don Miguel: El Virrey Calleja ordeno mi destitución y la captura de mi esposa.
Josefa Ortiz de Domínguez: Como yo estaba embarazada a mi me encarcelaron en el convento de Santa Teresa en la Cuidad de México.
Don Miguel: Pero yo no podía dejarla sola así que junto con mis hijos viajamos a la Ciudad de México, pera estar cerca de ella, tres años cinco meses después el Virrey  Juan Luis de Apodaca considero una instancia legal promovida por mi  y dejo en libertad a Josefa en junio de 1817.
Josefa Ortiz de Domínguez: Fueron los años más largos de nuestra vida.
                Entrevistador: y ¿Por qué a ustedes no los fusilaron?
Don Miguel: Bueno, porque los conspiradores éramos sujetos de prisión mientras que los que tomaban las armas eran considerados traidores a la corona y eran fusilados.
Entrevistador: ¿Así que ustedes finalmente lograron ser testigos de la consumación de la independencia?
Don Miguel: Al principio todo fue felicidad, pero inmediatamente Agustín de Iturbide se autonombro emperador, cosa que de inmediato nosotros repudiamos.
Josefa Ortiz de Domínguez: La esposa de Iturbide me invito a formar parte de su corte y yo le mande decir con su lacayo, que una soberana de su casa no podía ser dama de una emperatriz.
Don Miguel: Convencidos de que Iturbide debía de derogar su imperio, en nuestra casa se reunían los generales Victoria, Guerrero, López Rayón, Michelena y varios mas convencidos de fincar un gobierno republicano que muy pronto se realizo.
                Entrevistador: ¡nuevamente conspirando!
Josefa Ortiz de Domínguez: ¡Con razones justas¡ razones justas.
                Entrevistador: Justamente por ello los consideramos defensores de la libertad.
Josefa Ortiz de Domínguez: Simplemente procuramos cumplir lo que dije cuando me hicieron prisionera  “con mi sangre, formare un patrimonio para mis hijos” pero el verdadero derramamiento de sangre fue el de miles, de miles de mexicanos que murieron por darnos la independencia.





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